Las esponjas de baño ofrecen beneficios significativos para la piel. Ayudan a eliminar células muertas y bacterias, dejando una sensación de frescura. Sin embargo, pueden convertirse en un foco de gérmenes si no se reemplazan adecuadamente. Conoce estos trucos de limpieza efectivos.
La duración de una esponja de baño depende de su tipo. Las esponjas de plástico pueden durar hasta dos meses, mientras que las naturales deben cambiarse cada dos o tres semanas. Esta diferencia se debe a la facilidad con la que las esponjas naturales pueden acumular bacterias.
Para prolongar la vida útil y mantenerla libre de bacterias, limpia bien la esponja con abundante agua, asegurándote de retirar todos los restos de jabón.
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Llena un recipiente con agua tibia y añade unas cucharadas de sal. Deja la esponja en la mezcla por 15 minutos. La sal actúa como un agente antibacteriano. Exprime un limón y añade el jugo al agua salada.
Deja la esponja en la mezcla por otros 15 minutos para eliminar malos olores y bacterias. Limpia la esponja con agua tibia, asegurándote de eliminar cualquier residuo de sal o limón. Luego, deja secar en un lugar bien ventilado.
Además, existen otros trucos de limpieza. Mezcla una parte de vinagre blanco con una parte de agua caliente. Deja la esponja en esta solución por 15-20 minutos, enjuaga bien y deja secar al aire libre.
Humedece bien la esponja y caliéntala en el microondas por unos minutos. Deja enfriar antes de sacarla y luego enjuaga con agua caliente. Coloca la esponja en una bolsa de malla y lávala junto con una carga de toallas en agua caliente. Deja secar completamente en un lugar bien ventilado.