Si estás buscando un golpe de suerte, una moneda de 5 pesetas se convirtió en una de las monedas más cotizadas dentro de la numismática española, que promete alrededor de 40.000 euros a su portador. Eso sí, parte de su valor radica en las escasas piezas que se encuentran disponibles en el mercado.
La valiosa moneda de 5 pesetas fue fabricada en 1869 y, para los coleccionistas de la numismática, es una reliquia histórica, por la que hay inversores dispuestos a pagar una fortuna por poseerla.
¿Cómo es la moneda de 5 pesetas que se vende por 40.000 euros?
Bautizada como “La Gloriosa”, la moneda de 5 pesetas fue acuñada en 1969, un año crucial para la historia de España, tras el triunfo de la Revolución de 1868 y en sintonía con la firma de la Constitución española, aprobada bajo el Gobierno Provisional de 1868-1871, tras el triunfo de la Revolución de 1868 que puso fin al reinado de Isabel II.
Por esta razón, la moneda de 5 pesetas, conocida además como “duro”, no solo tiene un valor histórico incalculable, sino que también se ha convertido en el objeto de deseo de coleccionistas en todo el mundo.
Entre las características únicas que la diferencian de otras piezas de su época, la moneda de 5 pesetas de 1869 presenta un diseño sencillo y austero, con la figura de la Patria y el escudo de las armas de España en el anverso, y el lema “Soberanía Nacional”, en el reverso, refleja el espíritu de cambio y renovación que reinaba en ese momento histórico.
La rareza de la moneda, sumada a su importancia histórica y cultural, ha disparado su precio en el mercado de la numismática. En plataformas de compraventa online como Milanuncios o Ebay, podemos encontrar ejemplares a precios que rondan los 40.000 euros, una cifra que la convierte en una verdadera inversión.
Aunque es poco probable encontrarla, en caso de toparte con estas antiguas monedas de pesetas, lo mejor que se puede hacer es consultar información especializada en centros de numismática, con el fin de conocer a fondo la pieza y sus detalles, para no caer en una posible trampa, ya que al tratarse de una pieza antiquísima, hay veces que los rasgos del paso del tiempo se emplean para enmascarar falsificaciones.