Las macetas son mucho más que simples receptáculos para nuestras plantas, son la forma en la que entra la naturaleza a nuestro hogar, proporcionan el ambiente ideal para el crecimiento saludable de nuestras especies, pero con el tiempo pueden acumular suciedad y residuos que afectan tanto su aspecto como su salud.
Te proponemos descubrir la importancia de mantener tus macetas limpias y en condiciones óptimas, así como los secretos para trasplantar tus plantas sin causarles ningún daño. La limpieza frecuente de las macetas es relevante por varias razones importantes. En primer lugar, debes eliminar los residuos que pueden obstruir los poros de la maceta, dificultando la absorción adecuada de nutrientes para nuestras especies.
Además, la suciedad y los residuos pueden tener bacterias, hongos e insectos que pueden dañar la salud de nuestras bellas plantas. Mantener las macetas limpias no solo mejora su apariencia, sino que también promueve la salud y el bienestar de nuestras matas. No obstante, en algunas ocasiones necesitamos cambiar de maceta, por ello te mostramos cómo hacerlo correctamente en pocos pasos.
- Paso 1: prepara la planta y la tierra
Asegúrate de regar la planta unos días antes del trasplante para que la tierra esté húmeda.
- Paso 2: extrae la planta de la maceta
Coloca tu mano sobre la maceta y sujeta el tallo de la planta. Luego, da la vuelta a la maceta y golpea suavemente para sacar nuestra especie. Si no sale fácilmente, puedes usar un cuchillo para cortar alrededor del borde de la tierra.
- Paso 3: prepara la nueva maceta
Quita un tercio de la tierra y añade nuevo sustrato a la nueva maceta. Ten en cuenta que el nivel de la tierra sea adecuado y que la maceta sea más grande que la anterior.
- Paso 4: trasplanta la planta
Coloca la planta en la nueva maceta y agrega más tierra alrededor de las raíces. Asegúrate de quitar las bolsas de aire y de que la tierra esté bien nivelada.
- Paso 5: riega la planta
Por último, riega con agua abundante hasta que la tierra esté bien humedecida.