Pocos postres son tan deliciosos en estas temporadas calurosas como la tarta de queso, sin duda, un plus que la hace aún más exquisita es la que propone esta receta culinaria que la acompaña con una deliciosa terminación de limón que sí o sí tienes que probar.
Esta receta tropical es una verdadera fantasía que no debes dejar de realizar para eventos o para satisfacer ese capricho dulce que te mereces.
En esta ocasión, te mostraremos la receta más sencilla para elaborar este manjar cítrico especial para los climas veraniegos que se avecinan. Toma lápiz y papel porque comenzamos.
Tarta de queso crema y limón
-
Ingredientes
200 gramos de galletas tipo digestive
80 gramos de mantequilla
175 gramos de azúcar
200 mililitros de nata para montar
300 gramos de queso crema
125 mililitros de zumo de limón
La ralladura de 1 limón
4 o 5 hojas de gelatina
150 mililitros de leche
-
Preparación
Comienza esta receta culinaria triturando las galletas hasta que queden bien molidas, mientras tanto derrite la mantequilla y mézclala con el resultado del primer paso hasta obtener una masa homogénea.
Coloca la mezcla de galletas en el fondo de un molde desmontable presionando bien para formar una base compacta. Deja en el refrigerador mientras preparas el relleno.
Para el relleno, coloca las hojas de gelatina en un bol con agua fría durante unos 5 minutos para que se hidraten. En un bol grande, mezcla el queso crema con el azúcar, el jugo del limón y la ralladura del mismo hasta que tengas una mezcla suave y homogénea.
Calienta la leche en una cacerola pequeña a fuego medio, pero sin llegar a hervir. Escurre las hojas de gelatina y disuélvelas en la leche caliente; revuelve bien para que se disuelvan por completo.
Agrega el resultado de la unión de leche y gelatina a la de queso y limón batiendo bien. En otro bol, monta la nata y luego agrégala suavemente a la mezcla con movimientos envolventes para que esta no pierda aire.
Vierte todo sobre la base de galleta en el molde y alisa la superficie con una espátula. Deja que la tarta repose en el refrigerador durante al menos 6 horas o hasta que esté completamente firme para servir.