A pesar de que no es un aparato que se suela usar durante los 12 meses del año, sin duda los radiadores definitivamente cumplen con un rol decisivo en los meses de invierno, por lo que es importante aplicar trucos de limpieza para garantizar su funcionalidad en todo momento.
Sin embargo, no todos los usuarios toman en cuenta este aspecto y simplemente dejan que se llene de polvo con el paso de los meses, sin tomar en consideración que la acumulación de suciedad y otros residuos pueden afectar su eficiencia y rendimiento.
Si deseas evitar estos escenarios, los cuales tarde o temprano te van a obligar a contactar a algún técnico especialista y, con ello, pagar una elevada factura por sus servicios, la prevención es la clave y de ahí la importancia de una adecuada higiene.
Así debes limpiar los radiadores
Obviamente, este proceso se hace una vez este sistema de calefacción esté totalmente sin uso, por lo que asegúrate de apagarlo para evitar quemaduras o cualquier riesgo innecesario.
Para seguir con estos trucos de limpieza, vas a necesitar remover el polvo de la superficie, por lo que puedes acudir al uso de un paño de microfibra, un cepillo de cerdas suaves o, incluso, una aspiradora para resultados más eficaces.
Aquí ya entramos en materia, pues llega el momento de limpiar las rejillas y ranuras de los radiadores, espacios en los que se hace difícil el acceso y, por ende, es donde más se acumulará la suciedad.
Es importante usar cepillos finos para alcanzar los lugares más inaccesibles y, al momento de terminar, no dudes en reforzar el proceso con una aspiradora. Aquí se recomienda el uso de productos especialmente diseñados para radiadores, como limpiadores en aerosol o en gel.
Usar los productos correctos
Tal cual como se indicó previamente, para estos trucos de limpieza se pueden usar productos pensados para estos aparatos, los cuales pueden remover óxido sin dañar el radiador, algo que no todos los métodos de limpieza pueden garantizar.
Asegúrate de cubrir las áreas más afectadas y dejar que el producto haga su trabajo durante el tiempo referido en las instrucciones. Luego, vas a enjuagar con agua limpia; este paso es fundamental pues no querrás residuos de estos productos en la superficie.
Por último, vas a secar con un paño limpio y seco para finalizar todo este proceso de higiene, con el cual garantizarás un mejor funcionamiento de estos aparatos tan útiles en la temporada de otoño e invierno.