La adorable corona de Cristo es de las plantas más bellas y peculiares que puedes tener en tu jardín. Sus hojas en espiral son una maravilla de la naturaleza a la que debes cuidar correctamente. Para ello, existen consejos simples y prácticos que puedes seguir.
Aunque los cuidados de esta planta no sean complejos o extenuantes, sí es cierto que hay que tener algunos cuidados simples de seguir para que tu retoño brote sano y feliz. Conócelos a continuación:
1. Trasplántalas progresivamente
Esta encantadora planta crece abundantemente sin parar, y para aprovechar toda su belleza y evitar algunos problemas de crecimiento, el mejor consejo será trasplantarla cada vez que puedas o lo consideres necesario. No te olvides de tener un especial cuidado con las raíces en este paso.
2. Nutre la planta
Para que tu corona de Cristo crezca fuerte, resistente y feliz, lo mejor será abonarla con fósforo y potasio.
Estos dos elementos se encuentran en abundancia en abonos como el humus de lombriz y el té de cáscaras de plátano, dos opciones baratas y súper ecológicas.
3. Colócalas en un espacio en el que reciban varias horas de sol
La iluminación siempre es un paso fundamental a tener en cuenta, y en este caso, se necesitarán al menos 4 horas de luz solar directa. Esto es algo sencillo de proporcionar.
Como consejo extra, ubícala en espacios que también estén bajo la misma temperatura natural cálida proporcionada por la luz del sol.