La manicura rusa es una técnica en el ámbito del Nail Art especializada que se enfoca en el cuidado meticuloso de la cutícula, una parte fundamental que a menudo pasa desapercibida. Se trata de la capa de piel delgada que rodea la base de la uña y su rol principal es proteger la matriz ungueal, la zona donde se produce el crecimiento. Es importante cuidarla porque mantenerla sana y bien hidratada ayuda a prevenir la sequedad, las grietas y las infecciones, lo que garantiza una apariencia limpia y natural con una mínima separación entre la piel y esta.
La manicura rusa se destaca por su enfoque en el cuidado de la cutícula y su técnica precisa para obtener resultados impecables. A diferencia de otras propuestas estéticas, donde la cutícula se empuja hacia atrás o se corta, en esta se utiliza un torno eléctrico para suavizar y retirar cuidadosamente la piel muerta. Este proceso garantiza un acabado limpio y uniforme, permitiendo que luzcan más saludables y estéticamente agradables.
Bondades de poner en práctica esta técnica
Uno de los beneficios más significativos de este tipo de Nail Art es su capacidad para mejorar la apariencia de las manos de manera natural. Al eliminar suavemente la piel muerta y las cutículas sobrantes, las uñas adquieren un aspecto más pulido y elegante, sin la necesidad de recurrir a técnicas invasivas como cortar la cutícula. Además, al mantener esta zona hidratada y suave, se reduce el riesgo de padecer problemas como uñas quebradizas o la formación de cutículas secas y dolorosas.
Es importante mencionar que la manicura rusa requiere de habilidades y experiencias por parte del profesional que la realiza, ya que implica el uso de un torno eléctrico con precisión para evitar posibles heridas o daños. Por esta razón, se recomienda acudir a salones de belleza o esteticistas especializados para garantizar resultados óptimos y seguros.
Para cuidar la cutícula en casa, se pueden seguir algunos consejos simples pero efectivos. Por ejemplo, es recomendable aplicar regularmente aceites o cremas hidratantes específicas, masajeando suavemente la zona para mejorar la circulación sanguínea y mantener la piel flexible.
También, se puede utilizar un palito de naranjo o una herramienta especial para empujar suavemente la cutícula hacia atrás, evitando cortarla para no dañar la piel. Estos cuidados regulares ayudarán a mantenerla en buen estado y contribuirán a un Nail Art impecable y duradero.