Una moneda de 10 centavos con el calendario azteca ha alcanzado una cotización de 1 millón de pesos en una plataforma de comercio electrónico, provocando sorpresa dentro de la numismática mexicana, habituada a los pequeños tesoros que resguardan la historia y la cultura del país. ¿Por qué es tan costosa?
La moneda de 10 centavos fue acuñada en 1938 y presenta, en una de sus caras, un fragmento del calendario azteca, uno de los íconos de las culturas prehispánicas del país, temática que tanto apasiona a la numismática.
¿Cómo es la moneda de 10 centavos con el calendario azteca?
La moneda de 10 centavos de 1938 es una pieza valiosa para la numismática porque se remonta hasta las entrañas de la cultura mexicana. Esta pecunia cuenta en su diseño con un fragmento del calendario azteca, un símbolo milenario que manifiesta la cosmovisión y el conocimiento astronómico de una civilización.
En su anverso, la moneda de 10 centavos exhibe una porción del calendario azteca, incluyendo el número “10”, la inscripción “centavos” y el año “1938”, de su fabricación. Mientras tanto, en el reverso, esta pieza incluye el escudo nacional con el águila devorando a la serpiente, junto con la frase “Estados Unidos Mexicanos”, inscripción insignia de las pecunias fabricadas desde la creación del Banco de México (Banxico).
Si a todos estos detalles simbólicos se le suma la antigüedad y su escasez en el mercado, podemos encontrar algunas pistas sobre su valoración en las plataformas de comercio electrónico.
La moneda de 10 centavos de 1938 también destaca por su composición. Fue fabricada en níquel, metal que le otorga una resistencia y mayor durabilidad que las pecunias más modernas. Esto es lo que ha permitido que algunos ejemplares se conserven en buenas condiciones durante 86 años.
Si bien esta moneda de 10 centavos con el calendario azteca circuló hace casi un siglo, algunas de estas piezas han logrado preservar sus detalles originales. Para los coleccionistas, las muestras de desgaste no son defectos. Por el contrario, las consideran como una característica de autenticidad, por lo que cada marca lo vale.