Una historia centenaria llevó a una moneda mexicana a recibir un homenaje en China, en donde además circuló como oficial y hoy tiene un monumento frente a uno de los edificios más representativos de la ciudad de Jinggangshan. Lo que se dice todo un símbolo de la numismática de México.
La afamada moneda de 8 Reales, que es muy reconocida por los coleccionistas de la numismática, traspasó las fronteras de México y durante mucho tiempo fue empleada en las islas asiáticas, como así en China, que la tomó como uno de los ejemplos a principios del siglo XX, cuando fundó su primera Casa de la Moneda.
¿Cómo es la moneda mexicana que tiene un monumento en China?
La historia de la moneda mexicana de 8 Reales se remonta al año 1535, cuando la Real Casa de Moneda comenzó a acuñarla en la Ciudad de México. Inicialmente, llevaba la cabeza de los reyes españoles, pero en tiradas posteriores se le incorporó el emblema del águila mexicana.
En aquella época, la plata mexicana se extraía en grandes cantidades, especialmente de las minas de Zacatecas. Esta abundancia permitió a españoles crear una moneda de 8 Reales con una pureza de plata superior a la de otros países. Esto fue lo que la convirtió en una pieza codiciada, un verdadero símbolo de valor para personas de todo el mundo.
Debido al comercio entre Estados Unidos y España con China, la moneda de 8 Reales se empleó como medio de pago para adquirir esclavos en las costas occidentales de África y para comprar té. Expertos señalan que circuló por todas las islas del Pacífico y a lo largo de la costa de Asia.
¿Dónde queda el monumento chino de la moneda de 8 Reales mexicanos?
La moneda de 8 Reales mexicanos se erige en la plaza de la ciudad de Jinggangshan, provincia oriental china de Jiangxi. Este monumento se encuentra en el Museo dedicado a la historia de la Revolución Comunista China.
La réplica fue fabricada en bronce, tiene 6 metros de diámetro y pesa 6 toneladas. En el frente de la moneda presenta el escudo de armas de México, mientras que el reverso el año 1810, fecha de la independencia de México.
El monumento se erigió en 2010 para conmemorar el comercio histórico entre México y China. Actualmente, es una atracción turística popular y un símbolo de la amistad entre los dos países.