De acuerdo con las evidencias científicas, tener hábitos de vida saludable nos ayudan a tener mayor bienestar físico, emocional y mental. El objetivo de gran parte de los seres humanos es poder gozar de un envejecimiento sano y feliz sin mayores complicaciones de salud. Para esto, un factor importante es la incorporación en la nutrición de vitaminas antiedad.
Un plan adecuado de alimentación es aquel que incluya todos los grupos de alimentos, es decir, de origen animal, cereales o sustituidos y, por supuesto, frutas y verduras. Si tu propósito es ralentizar el envejecimiento, lo sugerido es que te concentres en incorporar alimentos que contengan en su composición vitamina E, ya que su función principal es la protección de radicales libres que producen la degeneración de los tejidos.
La importancia de la vitamina E en nutrición
No por menos se la considera la vitamina de la eterna juventud. Los principales beneficios de que esté presente en la nutrición son: protección de las células, neutralización de los radicales libres, ayuda a la protección del sistema muscular y cardiovascular, es antioxidante, evita la oxidación de las proteínas, grasas y los ácidos nucleicos, participa activamente en la formación de los glóbulos rojos, por tanto, fortalece en gran medida las defensas.
Los alimentos que poseen este micronutriente son: aceites vegetales, frutos secos, verduras de hojas verdes, pescados y germen de trigo. Es necesario destacar que la cantidad de vitamina E que necesita el organismo para estar en perfectas condiciones es de 15 miligramos, lo cual no se traduce en grandes en sacrificios si es que no te agradan algunos de los alimentos mencionados.
Acerca del aporte de cada uno en nutrición, los más altos por cada 100 gramos son el aceite de oliva que tiene 14,3 miligramos, las almendras poseen 24,2 y las avellanas 15,3 miligramos. Después le siguen los piñones con 9,3 miligramos y los pescados que, de acuerdo a la especie, contienen entre uno y cinco miligramos.
En menor medida, el micronutriente está presente en la palta, en el brócoli y en las espinadas. Si la vitamina antiedad se incorpora mediante los alimentos, no hay riesgo de que produzca un exceso en el organismo ni que esto signifique un problema para la salud. Sí, se debe prestar atención si la ingesta es a través de suplementos debido a que puede interferir con la vitamina K. Lo más recomendado es consultar con un profesional médico antes de cambiar de plan alimenticio.