La planta albahaca no solo aporta un toque delicioso a nuestras pizzas y pastas, sino que también esconde un universo de beneficios para la salud y el bienestar. Esta hierba aromática, originaria de la India y Asia, se cultiva desde hace miles de años y hoy en día podemos disfrutarla en nuestros propios hogares. Con unos pocos consejos, podrás hacerla crecer en tu jardín.
A diferencia de otras aromáticas, la planta de albahaca es bastante más sencilla de cultivar ya que necesita un poco de sol, tierra fértil y algunos cuidados básicos, que te mencionaremos como consejos para que tu albahaca pueda prosperar en una maceta, para brindarte frescura y tengas su particular sabor al alcance de la mano.
La planta de albahaca llegó a Europa junto con los griegos y su nombre en español proviene del árabe. Se caracteriza por sus hojas verdes ovaladas, flores blancas o rosadas y una variedad de aromas que dependen de la especie.
Consejos para cultivar albahaca en el jardín
Plantar albahaca es una experiencia gratificante. Puedes hacerlo a partir de semillas o plántulas, en macetas o directamente en el suelo. Otro consejo será buscar un lugar con buen drenaje y asegúrate de que la tierra esté bien fertilizada.
La albahaca necesita sol, pero no en exceso. Lo ideal es ubicarla en un lugar con sombra parcial y temperaturas cálidas. Riega con frecuencia, pero sin encharcar, y recuerda que la planta no tolera las heladas. Para obtener las hojas frescas en tu cocina, corta los brotes superiores con cuidado. De esta forma, evitarás que la planta florezca y se muera.
La albahaca no solo es deliciosa, también es beneficiosa. Sus propiedades medicinales te ayudan a aliviar molestias digestivas, fortalecer el cabello, combatir la ansiedad y mucho más. Puedes utilizar las flores de albahaca para decorar ensaladas o postres.
Si quieres conservar la albahaca fresca por más tiempo, puedes congelarla en aceite de oliva. La albahaca seca también tiene un sabor intenso y se puede utilizar en diversas recetas.