Los creyentes de la iglesia católica aseguran que la medicina y la Fe van de la mano, por consiguiente, cuando hay un enfermo leve o de gravedad, se le dedica una oración para su pronta recuperación.
Claro que parte de la sanación depende en gran medida del trabajo que realicen los profesionales de la salud, pero otra parte depende de la voluntad de Dios y es ahí donde se hacen presente las plegarias.
Plegaria para un enfermo leve
Si la persona, por la que pedirás, enfrenta una situación que no representa ningún tipo de complicación extrema, realiza una oración con las siguientes palabras:
"Padre, vengo ante ti para pedirte por mi amiga que no se siente bien hoy. Por favor, ayúdala a sentir tu presencia en su vida en este momento y a experimentar tu toque sanador. Quítale el malestar que siente, Señor, mi Dios, que ella pueda comenzar a sentirse mejor hoy mismo. Gracias porque tú escuchas nuestras oraciones y obras. En ti está puesta nuestra confianza. En el nombre de Jesús, Amén".
Para un enfermo de gravedad
En el caso de que quieras pedir por alguien que presente un estado crítico en cuanto a su salud física o mental, tendrás que realizar una oración con mucho más fervor.
Durante la plegaria en cuestión debes decir lo siguiente: "Padre santo y Padre bueno, gracias por tu bondad para con todos nosotros. Gracias por todas las cosas buenas que nos has concedido a lo largo de nuestra vida. Me acerco a ti, Señor, para pedir que les concedas salud a aquellos que sufren alguna enfermedad en este momento. Señor, te pido que tu mano poderosa llegue hasta cada uno de ellos, concediéndoles alivio para sus dolores y ánimo para el espíritu".
Luego, tendrás que darle continuidad a la oración y, para hacerlo, dirás: "Hay niños, jóvenes y adultos sufriendo ahora mismo por causa de enfermedades y dolencias fuertes. Muéstrales tu misericordia, Señor. Alivia el pesar y el dolor que sienten. Gracias, Señor, porque tú nos escuchas cuando clamamos a ti. Por favor, atiende el clamor interno de los que se sienten demasiado débiles por causa de la enfermedad. Dales nuevas fuerzas. Que ellos puedan sentir tu presencia y la paz incomparable que viene de ti".
Después, antes de llegar al fin de la oración, es importante que digas lo siguiente: "Sobre todas las cosas te pido, Padre, que los enfermos puedan tener un encuentro contigo. Ayúdales a sentir tu presencia y tu mano sobre ellos. Que cada uno de ellos pueda tener contacto con personas que te aman y puedan escuchar el mensaje de salvación. Revela tu amor y tu cuidado a través de tus hijos. Que cada enfermo pueda escuchar sobre Jesús y su sacrificio de amor en la cruz. Que abran sus corazones a ti, Señor, mi Dios, para que reciban la sanidad del alma".
Y, por último, pero no menos redundante, añade: "Muestra tu poder en medio de las enfermedades, Padre amado. Sabemos que tú puedes sanar cualquier enfermedad y en ti está puesta nuestra confianza. Queremos verte obrar en este día. En el nombre de Jesús, Amén".
Si los rezos se realizan con mucho fervor, Dios escuchará tus plegarías y la salud de ese ser querido empezará a mejorar conforme pasen los días.