La peseta, la moneda que marcó la historia económica de España durante más de un siglo, guarda en sus diseños algunos secretos que pueden convertirla en un tesoro para los coleccionistas. Con decenas de ejemplares con características especiales, o errores de acuñación, pueden alcanzar valores exorbitantes en el mercado de la numismática.
Con decenas de billetes y monedas impresas por el Banco de España a lo largo de su existencia, la peseta salió de circulación en 2001, con la llegada del euro. Desde ese momento, y por más de 20 años, el excedente de pesetas podía ser canjeada en las entidades financieras y, según estimaciones oficiales, los españoles han cambiado el 96,8% del valor de las pesetas que se encontraban disponibles en la plaza.
En base a ese cálculo, se llega a la conclusión de que un 3,2% ha quedado sin canjear y, entre billetes y monedas en pesetas, se estima que esa suma equivale a 1.575 millones de euros. Es ahí en donde la numismática aparece para rescatarlas del olvido y ponerles valores verdaderamente altos.
Si bien desde 2021 las pesetas ya no se canjean en entidades bancarias, los coleccionistas las buscan con avidez, aunque deben ser monedas y billetes con detalles únicos. Para la numismática serán más atractivas todas las pesetas que cumplen con estos requisitos:
- Errores de acuñación: Un fallo en la impresión puede convertir una moneda común en una rareza codiciada.
- Conmemoraciones: Monedas o billetes que celebran eventos históricos o personajes relevantes son apreciados por los coleccionistas.
- Ediciones limitadas: La escasez de un ejemplar aumenta su valor considerablemente.
- Billetes de 1.000 pesetas: Un viaje por la historia y el valor.
- Billetes de la época franquista: Homenajean a los Reyes Católicos, la llegada a América y la unión con la casa de Austria. También se encuentran billetes que honran a artistas como Goya, Sorolla y Murillo.
- Billete de 1.000 pesetas de 1936: Con el Alcázar y el puente de Toledo en el reverso, su valor en subastas oscila entre 325 y 5.000 euros, dependiendo de su estado de conservación.
- Billete de 1.000 pesetas de 1982: Su baja tirada lo hace muy cotizado, alcanzando hasta 30.000 euros en subastas.
- Billete de 1.000 pesetas de 1886: Un error de acuñación lo convierte en una rareza que puede valer entre 15.000 y 20.000 euros.
Aunque son escasos y conocidos, es posible que puedas encontrar algunos de estos tesoros dando vueltas por tu hogar o por el de algún familiar. En ese caso, revisa que tengan características especiales, errores o conmemoraciones y luego coteja su precio en el mercado de numismática.