En la cocina, donde se preparan nuestros alimentos, la higiene es fundamental. Los paños y esponjas, herramientas indispensables para la limpieza, también deben ser higienizados correctamente para evitar la acumulación de bacterias y gérmenes. Por eso, para conservarlos lo mejor posible, te daremos algunos consejos y trucos de limpieza, para mantenerlo en buen estado por más tiempo.
Pocos saben que estos artículos pueden ser un caldo de cultivo para microorganismos que luego pueden terminar infectando nuestros alimentos, afectando la comida y nuestra salud. Esa es la razón por la que mantenerlos limpios es crucial para prevenir la contaminación cruzada y garantizar un espacio seguro para cocinar. Con estos trucos de limpieza, lo conseguirás.
Lo primero que debes contemplar es la posibilidad de reemplazar los paños y esponjas con frecuencia, especialmente si se desgastan o presentan mal olor. No uses la misma esponja para limpiar diferentes superficies, como platos y encimeras.
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También debes desinfectar las esponjas regularmente, incluso si no las usas todos los días. Además, evita el uso de esponjas abrasivas, ya que pueden rayar las superficies. Por último, es importante saber que manteniendo tus paños y esponjas limpios, contribuyes a una cocina más higiénica y segura para toda la familia.
La limpieza no solo se trata de eliminar la suciedad visible, sino también de prevenir la proliferación de bacterias y gérmenes. Incorporando estos sencillos consejos a tu rutina de limpieza, podrás disfrutar de una cocina más saludable y agradable.
2 trucos de limpieza para desinfectar tus paños y esponjas
Para la limpieza de tus paños
- Enjuaga bien los paños con agua para eliminar la suciedad visible.
- Lávalos en la lavadora con un ciclo de agua caliente (alrededor de 60 °C) utilizando detergente regular.
- Deja secar al aire libre completamente antes de volver a usarlos.
Para limpiar las esponjas
- Enjuaga la esponja con agua.
- Humedece la esponja y colócala en el microondas durante 2 minutos a máxima potencia. Asegúrate de que no tenga ningún elemento metálico.
- Lava la esponja con agua y jabón antibacterial.
- Enjuaga bien la esponja para eliminar el exceso de jabón.
- Deja secar al aire libre completamente antes de volver a usarla.