La fe, espiritualidad y las diferentes creencias son temáticas que provocan fuertes controversias al existir puntos de vista que se contraponen unos con otros. Sin embargo, ante la adversidad y cuando las cosas salen mal, es la esperanza en la oración el camino más elegido.
Por ejemplo, el mal de ojo, la envidia y los celos por el progreso muchas veces te traban y te estancan, pero no te preocupes, puedes alejarte de ese entorno a través de un método de fe. ¿De qué se trata?
A pesar de que el mal existe y los hechizos de personas que no pueden ver al otro ser feliz, lo mejor es enfocarse en la oración y pedirle a Dios que rompa cualquier maleficio.
Según el portal web Show, es el Padre Gabriele Amorth el que compartió una poderosa oración para ponerle fin a todo hechizo o maldiciones que te rodean. Además, el sacerdote recomendó que se deben seguir ciertos pasos para asegurar la efectividad del rezo.
Además de la oración, el Padre Gabriele Amorth indicó que se deben rezar tres misterios de Rosario, leer cinco minutos el Evangelio, rezar un Salmo al día y colocar una imagen de la Virgen María en un sitio visible en el hogar.
Oración para alejar los hechizos
Dios Señor nuestro, soberano de los siglos futuros, omnipotente y omnipresente, hiciste todo y todo transformaste gracias a tu Voluntad. Tú que en Babilonia transformaste en rocío las llamas de los hornos, protégenos. Tú que eres médico de nuestras almas; tú que eres la salvación de aquellos que en ti confían, clamamos e imploramos: expulsa y ahuyenta todas y cualquier presencia maligna, cualquier maleficio, mal ojo, y acciones de personas malvadas y maléficas, que actúan sobre tu pobre siervo (decir el nombre de la persona afectada).
Haz que a cambio del maleficio él o ella alcance en abundancia los bienes, la fuerza, las virtudes y la claridad. Tú Señor soberano poderoso, que amas a los hombres, extiende tus manos poderosas, tus brazos altísimos y protectores y ven a proteger y a auxiliar ésta tu imagen, manda sobre ella a tu ángel de la paz, fuerte protector del alma y del cuerpo, y él alejará y mantendrá lejos a todas las fuerzas malignas, todas las maldades de las personas corruptas y envidiosas.
Así, debajo de tu protección, tu hijo (decir el nombre de la persona), pueda cantar con gratitud: "El Señor es mi pastor y mi socorro, con él no tengo temor de los hombres malvados y mentirosos, y tampoco tengo temor del mal, porque tú estás conmigo, tú eres mi Dios, mi fuerza, mi señor poderoso, señor de la paz, padre de los siglos de los siglos". Sí, el Señor nuestro Dios, ten piedad de tu imagen y salva y salva a tu siervo suplicante (decir el nombre de la persona afectada) de cualquier perjuicio y calamidad que vengan del maligno, protégelo y ponlo fuera del alcance del mal, por la intersección de la bendita y gloriosa madre de Dios, la Santísima Virgen María, de los luminosos Santos Arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel y de todos los Santos y Santas del Paraíso. Amén.