Los azulejos de la cocina son los primeros en sufrir las consecuencias de las actividades culinarias, por lo que es común que se ensucien con rapidez. No importa si sabes cocinar o no, tus paredes siempre estarán expuestas a manchas de grasa, aceite, humedad y salpicaduras. Toma nota de uno de los trucos de limpieza infalible para dejes de sufrir.
Antes de profundizar en esta idea, es necesario que tengas en cuenta que la mejor manera de tener la cocina impecable es limpiándola. Después de cada cocción importante, protege las juntas de los azulejos con productos específicos; coloca un extractor de humo para reducir la cantidad de vapor y grasa que queda en el aire; protege las paredes cerca del horno con una lámina protectora.
Uno de los trucos de limpieza que puede reducir el estrés
A nadie le gusta tener la cocina en malas condiciones ni tampoco limpiarla todos los días en profundidad. Para esto hay un secreto casero que alivianará la tarea con dos de los ingredientes más utilizados en los trucos de limpieza, el bicarbonato y el limón.
El bicarbonato actúa como un suave abrasivo que termina con las manchas, mientras que el jugo del limón ayuda a descomponer las grasas. La preparación y aplicación es muy sencilla.
En un recipiente coloca dos cucharaditas de bicarbonato de sodio o 30 gramos, que es lo mismo, el zumo de un limón y una taza de agua tibia. Revuelve hasta obtener una mezcla espesa, luego aplica en los azulejos y deja actuar por unos 15 minutos.
Trascurrido el tiempo, retira la preparación con agua tibia y un estropajo. Para esta altura uno de los trucos de limpieza que no falla ya habrá hecho su efecto dejando las paredes relucientes y brillantes.