El minimalismo en decoración demuestra que menos puede ser más, especialmente durante el invierno. Esta temporada invita a abrazar la simplicidad con toques de calidez y texturas que convierten los hogares en refugios llenos de estilo.
La paleta de colores de una decoración minimalista para esta temporada impone neutros cálidos como el beige, crema, arena y marrones suaves. Estas tonalidades aportan una sensación acogedora que armoniza con la luz tenue típica del invierno.
Los materiales naturales y envolventes se convierten en los protagonistas para lograr un espacio acogedor sin recargarlo. La lana, el lino grueso, el terciopelo y el bouclé son opciones ideales para incorporar textura. Estas pueden presentarse en alfombras mullidas, mantas o cojines decorativos.
Los muebles juegan un papel clave. Opta por piezas con acabados naturales, como madera clara o piedra. Mesas de travertino, bancos de madera sin tratar o sillas con diseño curvo se integran perfectamente en esta tendencia.
En invierno, la luz artificial toma el protagonismo. El minimalismo apuesta por una iluminación cálida y funcional. Las bombillas de luz cálida, acompañadas de lámparas con diseño sencillo pero elegante, logran un ambiente íntimo.
El mobiliario para una decoración minimalista combina funcionalidad con diseño. Sofás con almacenamiento oculto, mesas auxiliares que pueden usarse como asientos o estanterías modulares son excelentes opciones.