Con el paso de los años, el maquillaje no solo se adapta a las tendencias, sino también a las necesidades de una piel que cambia con el tiempo. A partir de los 50, elegir un labial adecuado puede marcar una gran diferencia.
El envejecimiento de la piel, especialmente alrededor de los labios, tiende a revelar líneas finas y una textura más seca. Aunque no hay reglas estrictas en el maquillaje, optar por tonos y texturas que complementen la piel madura puede ayudar a suavizar el rostro y aportar frescura.
Los colores intensos como granates, borgoña y cereza suelen ser tendencia, pero no siempre resultan favorecedores en labios maduros, pues atraen demasiada atención a las líneas finas alrededor y las hacen más visibles.
Los tonos nude oscuros o rosados profundos pueden ser más adecuados. Al ser más cálidos y sutiles, logran un equilibrio perfecto, complementando el tono natural de los labios sin destacar imperfecciones.
Por otro lado, los nude extremadamente pálidos pueden tener el efecto contrario, apagando el rostro y añadiendo años en lugar de restarlos. Un nude ligeramente más oscuro y con matices rosados o melocotón puede ser rejuvenecedor.
Los labiales mate tienden a resecarlos, acentuando su textura que no siempre es favorecedora en piel madura. Es mejor optar por labiales cremosos o satinados, porque añaden un toque de luminosidad.