Mantener la nevera limpia y ordenada puede parecer un desafío. Sin embargo, con algunos trucos de limpieza sencillos y los accesorios adecuados, es posible lograr el orden deseado.
La organización comienza agrupando los alimentos por tipo. Coloca las verduras en un estante, los lácteos en otro, y reserva un espacio específico para carnes y pescados. Este sistema facilita encontrar lo que necesitas. Para mantener esta organización, utiliza recipientes transparentes y etiquetados.
Cada tipo de alimento requiere un almacenamiento diferente. Las frutas y verduras, por ejemplo, necesitan ventilación, mientras que otros productos se conservan mejor en recipientes herméticos. Existen opciones diseñadas específicamente para estas necesidades que no solo mejora la higiene, sino que también prolonga la frescura de los alimentos.
Asimismo, el exceso de bolsas y envases puede crear una sensación de caos. Sustituirlos por fiambreras apilables y herméticas ahorra espacio y permite controlar mejor la fecha de caducidad de los alimentos. Además, guardar productos como embutidos o quesos directamente en recipientes específicos evita que los envoltorios ocupen espacio innecesario.
Colocar los alimentos correctamente dentro de la nevera también ayuda a mantener el orden. Sitúa al frente los productos que caducan pronto para evitar desperdicios. Puedes utilizar bandejas giratorias, ideales para alcanzar fácilmente productos pequeños o almacenados al fondo.
Finalmente, aunque no es posible aumentar físicamente la capacidad de la nevera, hay formas de aprovechar mejor cada centímetro. Organizadores que se ajustan a las baldas, como cajones deslizables, son perfectos para almacenar pequeños productos y mantenerlos a la vista.