Con la llegada de las bajas temperaturas, muchos buscamos consuelo en los sabores cálidos y familiares de nuestras infancias. Para mi familia, nada evoca más nostalgia y confort que la crema de zanahoria que mi abuela solía preparar. Esta tradición culinaria ha pasado de generación en generación, y mi mamá sigue cocinando esta deliciosa receta, llenando nuestro hogar con aromas que nos transportan al pasado.
Los ingredientes para esta receta son sencillos, pero su combinación crea un plato exquisito que calienta el cuerpo y el alma. Aquí te comparto los elementos necesarios y el proceso de preparación, tal como lo hacía mi abuela:
- Ingredientes:
-6 zanahorias grandes, peladas y picadas
-1 cebolla grande, picada
-2 dientes de ajo, picados
-4 tazas de caldo de pollo (puede ser casero o envasado)
-1 taza de crema de leche
-2 cucharadas de mantequilla
-Sal y pimienta al gusto
-Opcional: un toque de jengibre rallado para darle un sabor extra
- Preparación:
-En una olla grande, derrite la mantequilla a fuego medio. Añade la cebolla y el ajo, y sofríe hasta que estén dorados y fragantes.
-Agrega las zanahorias picadas a la olla y remueve bien. Cocina por unos 5-7 minutos, permitiendo que las zanahorias se ablanden ligeramente.
-Vierte el caldo de pollo en la olla, asegurándote de que las zanahorias estén completamente cubiertas. Lleva a ebullición, luego reduce el fuego y deja hervir a fuego lento durante unos 20-25 minutos, o hasta que las zanahorias estén completamente tiernas.
-Usando una licuadora de mano, procesa la sopa hasta obtener una textura suave y cremosa. Si prefieres, puedes transferir la mezcla a una licuadora convencional en tandas.
-Una vez que la sopa esté bien licuada, añade la crema de leche y mezcla bien. Cocina a fuego lento por unos minutos más, ajustando la sal y la pimienta al gusto.
-Sirve la crema caliente, adornada con un chorrito de crema adicional o unas hojitas de perejil fresco. Disfruta de este plato reconfortante en compañía de tus seres queridos.