La moneda de 50 pesos de oro, conocida como el Centenario, es una de las piezas más admiradas en la numismática mexicana. Su historia comienza en 1921, cuando fue acuñada para conmemorar el primer siglo de la Independencia de México. Esta joya numismática destaca no solo por su diseño y composición, sino también por el estatus que ha adquirido como un símbolo de valor y exclusividad.
¿Cómo es la moneda Centenario de oro de 1921?
El anverso de la moneda Centenario de oro de 1921 presenta uno de los antiguos escudos nacionales, rodeado por la leyenda "Estados Unidos Mexicanos". En el reverso, la figura de la Victoria Alada se erige con majestuosidad, inspirada en el Ángel de la Independencia. Acompañándola, los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl en el fondo realzan el carácter icónico de esta pieza. Además, están inscritas las leyendas "50 pesos", "37.5 g oro puro" y los años "1821" y "1947", un detalle que recuerda la vigencia del diseño tras ser reacuñada décadas después.
La moneda Centenario de oro de 1921 contiene de 1.20565 onzas de oro puro y una pureza del 90 %, por lo que este ejemplar se distingue por su acabado satinado y su diámetro de 37 milímetros, características que la hacen especialmente atractiva tanto para coleccionistas como para inversores.
¿Cuál es el valor real del Centenario de 50 pesos?
El Centenario de 50 pesos tiene un valor fluctuante en el mercado, dependiendo de factores como la demanda y la pureza del metal. Actualmente, algunas de estas monedas se ofrecen en plataformas en línea por precios que oscilan entre 37.000 y 100.000 pesos. De hecho, las ediciones acuñadas en 1945 pueden alcanzar hasta 2000 dólares en el mercado internacional.
Instituciones como Banorte compran estos ejemplares por alrededor de 37.500 pesos y los venden a 48.000, lo que refleja los constantes cambios en el valor del oro. Estas fluctuaciones convierten al Centenario no solo en una pieza de colección, sino también en una inversión estratégica.
¿Cómo verificar su autenticidad de un Centenario de oro de 50 pesos?
Para garantizar que un Centenario sea auténtico y no una réplica bañada en oro, los expertos recomiendan emplear un imán potente. Dado que el oro no es magnético, una moneda falsa podría reaccionar al imán, mientras que una genuina permanecerá inalterada. Este sencillo método es clave para evitar fraudes y asegurar una adquisición legítima.