Con la llegada del clima fresco, es el momento perfecto para sacar y renovar esas prendas de lana que te mantienen abrigado durante el invierno. Sin embargo, mantener la lana blanca y brillante puede ser un desafío. Aquí te presentamos una guía definitiva para blanquear naturalmente tu ropa de lana, utilizando métodos sencillos y efectivos que no dañarán las fibras delicadas de tus prendas favoritas.
- Lavado a mano con bicarbonato de sodio
¿Cómo usarlo? Mezcla una cucharada de bicarbonato de sodio con un litro de agua tibia. Sumerge la prenda de lana en la mezcla y deja reposar durante 15-20 minutos. Luego, enjuaga con agua fría y seca en plano para evitar deformaciones.
- Uso de jugo de limón y sol
El ácido cítrico del jugo de limón actúa como un blanqueador natural, y la luz solar ayuda a potenciar su efecto. Para ellos, exprime el jugo de uno o dos limones en una cubeta de agua tibia. Sumerge la prenda y déjala en remojo durante 30 minutos. Luego, extiende la prenda al sol para que se seque. El sol ayudará a intensificar el efecto blanqueador del limón.
- Agua oxigenada
El peróxido de hidrógeno es conocido por sus propiedades blanqueadoras y es seguro para la lana cuando se usa en diluciones apropiadas. Para hacerlo, solo debes añadir una taza de peróxido de hidrógeno a una cubeta de agua tibia. Sumerge la prenda de lana y déjala en remojo durante 20-30 minutos. Enjuaga bien con agua fría y seca en plano.
- Vinagre Blanco
El vinagre blanco es un agente natural que puede eliminar las manchas y los olores, además de suavizar las fibras de lana. Para ellos, vamos a mezclar una taza de vinagre blanco en una cubeta de agua tibia. Sumerge la prenda y déjala en remojo durante 30 minutos. Enjuaga bien con agua fría y seca en plano.
- Sal y bicarbonato de sodio
La combinación de sal y bicarbonato de sodio crea una mezcla efectiva para blanquear y desinfectar. ¿Cómo lo utilizamos? Mezcla una taza de sal y una taza de bicarbonato de sodio en un litro de agua tibia. Sumerge la prenda y déjala en remojo durante una hora. Luego, enjuaga bien con agua fría y seca en plano.