La combinación de historia y arte que encapsulan algunos billetes los convierten en piezas por demás atractivas para los coleccionistas de la numismática, que pueden llegar a pedir hasta 700.000 pesos en mercados especializados por uno de 100 pesos mexicanos.
Emitido en 1981, el billete de 100 pesos con Chac Mool ha sorprendido a los especialistas en numismática, que si bien no desconocen la reputación de la pieza, consideran que esa suma astronómica no responde a su antigüedad ni los detalles que lo hacen único y codiciado.
Características del billete de 100 pesos con Chac Mool
El billete de 100 pesos de 1981 destaca por su vibrante gama de colores púrpura, morado y marrón, con un intrincado fondo de subimpresión multicolor. En su anverso, este ejemplar lleva a Venustiano Carranza, símbolo de la Revolución Mexicana, junto con la representación del mural La Trinchera, obra de José Clemente Orozco, que evoca el espíritu combativo de la época. Estos elementos, acompañados de números de serie en rojo y negro, refuerzan su autenticidad y atractivo visual.
Por otro lado, el reverso es una oda a la cultura prehispánica con la icónica escultura del Chac Mool en el centro, flanqueada por relieves inspirados en el sitio arqueológico de Tula, Hidalgo. Este diseño no solo destaca por su precisión técnica, sino también por la riqueza histórica que representa, un factor que eleva su atractivo dentro de la numismática.
¿Por qué es tan valioso el billete de 100 pesos con Chac Mool?
Si bien este billete de 100 pesos perdió su valor nominal después de las reformas monetarias de 1996, este ejemplar ha sido considerado por muchos como en una pieza muy buscada debido a su rareza. Ejemplares en excelente estado de conservación son especialmente apreciados, ya que cualquier rasgadura, decoloración o pliegue puede disminuir considerablemente su precio.
Los altos valores que alcanzan en subastas y plataformas especializadas también debe ser un llamado de atención, sugieren los especialistas en numismática, puesto que sostienen que muchas de las ofertas deben ser verificadas al igual que la autenticidad de las monedas y billetes puestos a la venta.