En la era del Virreinato, la producción de monedas debía adaptarse a las exigencias del comercio internacional y las limitaciones tecnológicas de la época. Fue así como nacieron las macuquinas, unas piezas únicas e irregulares, que siglos después han adquirido un notable valor en el mundo de la numismática.
La importancia de estas monedas no se limitaba a su circulación local. Desde 1572, con la ruta comercial establecida por el famoso barco Nao de China, las macuquinas producidas en las Casas de Moneda de México, Lima y Potosí comenzaron a fluir hacia Asia y Norteamérica. Su alta pureza y confiabilidad las convirtieron en una divisa de referencia en mercados internacionales.
¿Cómo identificar una macuquina?
El aspecto de las macuquinas es una de sus características más distintivas. Estas podían adoptar formas trapezoidales, circulares deformes o incluso de medio corazón, debido a su método de fabricación. A pesar de su apariencia rústica, estas piezas ganaron prestigio gracias a la alta calidad de los metales empleados, especialmente la plata y el oro.
En el anverso de estas monedas, se podía observar un escudo coronado que representaba las armas de los reinos de Castilla y León, mientras que el reverso el escudo cuartelado de Castilla y León junto a la leyenda “ET INDIARVM REX”. Además, los ejemplares incluían la ceca a la izquierda y la denominación a la derecha facilitando su identificación.
¿Cuánto vale hoy una macuquina en el mercado de la numismática?
Las macuquinas son piezas codiciadas por los coleccionistas alcanzando precios de miles de pesos en el mercado de la numismática. Su valor depende de factores como el material, el estado de conservación, la rareza del diseño y la pátina que adquieren con el tiempo. Por ejemplo, una de plata de 1/2 real, acuñada en el siglo XVIII, puede encontrarse en venta por $1.499 pesos, mientras que las piezas en mejores condiciones superan fácilmente esas cifras.
Las macuquinas de oro, por su parte, son aún más exclusivas. Comenzaron a acuñarse en 1627 en Santa Fe de Bogotá y más tarde en México y Lima. Las emisiones de oro continuaron hasta 1750, momento en el que los avances tecnológicos permitieron la producción de monedas con diseños más uniformes.
De todas maneras, los expertos en numismática sostienen que los potenciales compradores deben prestar atención y contactar con un profesional debido a que, por las características rústicas de las macuquinas, hay muchas copias circulando en el mercado.