Las orquídeas son de las plantas de interior más apreciadas por su elegancia y sus flores. Sin embargo, es común que la floración ocurra solo una vez al año, pero existe un método simple para estimularlas y lograr que florezcan dos veces al año, tanto en invierno como en verano.
El secreto para que las orquídeas florezcan más de una vez se basa en un cambio de temperatura controlado, conocido como choque térmico. Este método consiste en exponer la planta a una diferencia de temperatura entre el día y la noche.
En la naturaleza, las orquídeas están acostumbradas a cambios de temperatura que actúan como señales que les avisan cuándo es el momento de florecer. Imitar esta variación en casa es clave para activar su capacidad de floración.
La diferencia de temperatura debería ser de unos cinco grados durante dos semanas. Por ejemplo, si la diurna es de aproximadamente 25 °C, la nocturna debería rondar los 20 °C.
La mejor época para aplicar este método es a finales del verano o a principios del otoño, cuando ha terminado su fase de crecimiento activo y está preparada para recibir estímulos externos.
Para comenzar, colócala en un lugar donde la temperatura nocturna descienda unos cinco grados en comparación con el día. Para que el choque térmico funcione, es importante mantener este cambio constante durante al menos dos semanas.
Después de este periodo, devuelve la orquídea a su sitio habitual y continúa con los cuidados regulares. Con el paso de las semanas, es probable que empiece a desarrollar nuevos botones de flor.