Con la llegada del otoño, el hogar pide un cambio que refleje la calidez de esta estación. La habitación puede tener una renovación en su decoración que la vuelva acogedora, invitando a disfrutar más de cada instante en casa.
Las alfombras aportan no solo comodidad, sino también personalidad. Ubicar una gran alfombra bajo la cama delimita el espacio y protege del frío en los días más frescos. Las de lana o pelo largo en tonos tierra son perfectas.
El papel pintado es una herramienta poderosa para transformar cualquier ambiente. En la habitación, se convierte en el aliado ideal para agregar textura y color en la pared del cabecero.
Tapizar esa zona con una tela suave al tacto, como el terciopelo, es una forma excelente de sumar comodidad. Para quienes disfrutan leer antes de dormir, crear un rincón de lectura en la habitación es esencial. Una butaca o una banqueta junto a la ventana, sumada la luz natural y una manta ligera crearán el rincón perfecto.
Las cortinas juegan un papel crucial al renovar la habitación. Optar por textiles ligeros en tonos tierra, como beige o arena, permite tamizar la luz de manera cálida. Las largas que se arrastran ligeramente al suelo aportan elegancia.
La paleta de colores en la habitación define el ambiente. Los tonos verdes y terracota resultan ideales para esta temporada. En un dormitorio con una base de colores neutros, estos destacan en cojines, mantas y ropa de cama.
Los detalles pueden transformar cualquier área. Elementos como pasamanerías en terciopelo, puntillas en cojines y mantas de espiga añaden ese toque campestre característico de la decoración otoñal.