Hay muchos postres que pueden hacernos recordar a nuestra infancia, pero ninguno como la leche frita, una receta tradicional de nuestras abuelas. En esta oportunidad, te traemos una versión saludable y sin gluten de este clásico que además no requiere freír.
Esta leche frita caramelizada es super cremosa, fácil de hacer y apta para celíacos, igual que la receta original, pero sin la fritura. El toque de canela y cítricos le da ese aroma tan característico del postre que nos preparaba nuestra abuela, pero un poco más saludable que lo convierte en una opción perfecta para quienes buscan reducir el aporte calórico sin sacrificar el sabor.
Ingredientes
- 600 ml de leche (puedes usar leche vegetal si prefieres una opción sin lactosa)
- 100 gramos de azúcar
- 70 gramos de maicena (harina de maíz)
- La piel de 1/2 limón
- La piel de 1/2 naranja
- 1 rama de canela
- Azúcar extra para caramelizar
Paso a paso
Lo primero que debes hacer en esta receta es calentar dos tercios de la leche en una olla, junto con la rama de canela y las pieles de limón y naranja, para darle ese toque aromático único. Acto seguido, mezcla en un bowl la maicena con el azúcar y el tercio de leche restante, revolviendo bien para que no se formen grumos.
Cuando la leche se haya calentado, cuélala para retirar la canela y las pieles, y añádela lentamente a la mezcla de maicena y azúcar, sin dejar de revolver. Luego, lleva la mezcla a fuego medio, removiendo constantemente hasta que la preparación tome consistencia. Cuando hayas conseguido esta textura, vierte la mezcla a una fuente de cristal, cúbrela con film transparente y deja que se enfríe a temperatura ambiente.
Una vez fría, desmolda la masa y córtala en cuadrados y reboza cada porción en azúcar y, con ayuda de un soplete de cocina, carameliza el azúcar de todo el cubo, excepto en la base, lo que creará una capa crujiente que contrasta perfectamente con la suavidad de la leche frita en su interior.