La media melena se ha consolidado como uno de los cortes de pelo más versátiles. Este estilo cae entre la altura del mentón y los hombros, es fácil de mantener y se adapta a distintas texturas y estilos. Sin embargo, para que realce los rasgos faciales, es importante elegir la variante que mejor se ajuste a la forma del rostro.
Para rostros redondos, una media melena con capas largas y sutiles añade movimiento y evita un exceso de volumen en las mejillas. Un corte “lob” (bob largo) asimétrico, que es más largo en la parte delantera, puede ayudar a estilizar.
Las caras con mandíbulas marcadas y líneas rectas se benefician de cortes que suavizan estos rasgos. Una media melena con ondas suaves y capas desiguales ayuda a crear una apariencia menos rígida.
El rostro ovalado es considerado el más versátil, lo que permite jugar con distintas variantes. Desde un “blunt cut” (corte recto) que aporta un aire sofisticado hasta un corte en capas para un estilo más casual y juvenil, las opciones son múltiples.
Para rostros alargados, es importante añadir volumen a los lados para equilibrar la longitud. Una media melena con ondas definidas o rizos es perfecta para aportar esa dimensión extra y crear una impresión de equilibrio.
Los rostros con frente amplia y barbilla estrecha, característicos de la forma de corazón, se benefician de una media melena con capas que dan volumen desde la barbilla hacia abajo. Esto equilibra las proporciones y destaca la zona inferior.