Sin duda que la receta que te brindaremos hoy es mucho más que un platillo, es una de esas creaciones que evocan la calidez del hogar, en especial en los días más fríos del año. Estamos hablando de la sopa de cebolla, un plato clásico y sencillo, pero sofisticado, que es un homenaje a la tradición francesa adaptada con el toque casero de la abuela.
Te aconsejamos que, si lo que quieres es un acabado más cercano a la receta original francesa, puedes gratinar la sopa, colocando el plato con la sopa, pan y queso bajo el grill del horno unos minutos. Aquí te contamos todos los pasos para preparar esta exquisita sopa en casa, con ingredientes accesibles y una técnica muy fácil.
Ingredientes
- 5 cebollas grandes, cortadas en juliana
- 50 g de aceite de oliva
- 25 g de mantequilla
- 1 vasito de vino blanco
- 750 g de caldo de carne
- 6 rebanadas finas de pan (mejor de barra)
- 150 g de queso Gruyère (o similar, al gusto)
- Sal y pimienta negra recién molida
Preparación
Preparación inicial: lo primero que debes hacer en esta receta es cortar las cebollas en juliana, de manera que estén listas para cocinarse. Acto seguido, en una olla a fuego medio, agrega el aceite de oliva junto con la mantequilla, lo que garantizará que la cebolla se cocine de manera lenta, sin quemarse y realzando su dulzura natural. En este paso de la receta, tienes que añadir la cebolla en juliana a la olla y remover con frecuencia hasta que se vuelva dorada y completamente blanda, lo cual puede tardar alrededor de 20 minutos.
Cuando la cebolla esté dorada, añade el vino blanco, lo que ayudará a desglasar la olla, desprendiendo todos los restos que se adhieren al fondo y que contienen un sabor único. En este momento, incorpora el caldo a la olla y deja que la sopa se cocine a fuego medio durante otros 20 minutos, lo que permitirá que los sabores se mezclen y se concentren. Añade sal al gusto y pimienta negra recién molida, ajustando la sazón a tus preferencias.
Montaje y presentación
Sirve una porción de la sopa caliente en un plato sopero, asegurándote de añadir tanto caldo como cebolla, junto a una o dos rebanadas finas de pan tostado encima de la sopa, de forma que cubra toda la superficie del plato. Para el toque final, ralla queso Gruyère sobre las rebanadas de pan.