Las puertas de madera son esenciales en cualquier hogar no solo por su funcionalidad, sino por el toque de calidez y elegancia que aportan. Con el tiempo, es común que pierdan su brillo. Afortunadamente, existe un truco de limpieza casero fácil y económico que permite devolverles su aspecto original sin necesidad de productos costosos.
Para aplicar este truco de limpieza, se necesita únicamente aceite de oliva, vinagre blanco y un paño suave. El aceite de oliva funciona como un acondicionador que hidrata y revitaliza, mientras que el vinagre actúa como limpiador, eliminando manchas y suciedad.
Primero, se mezclan partes iguales de aceite de oliva y vinagre blanco en un recipiente. Media taza de cada uno suele ser suficiente para tratar varias puertas. Antes de aplicar, es importante limpiar la superficie con un paño seco o una escoba suave, para evitar que el polvo raye la madera.
Luego, se humedece ligeramente un paño suave con la mezcla y se frota con movimientos circulares, comenzando desde la parte superior y avanzando hacia abajo. Esta técnica asegura que se distribuya uniformemente y penetre bien en la madera.
Después de dejar actuar el produuto unos minutos, es esencial retirar el exceso con un paño limpio y seco, evitando que quede grasosa. Este paso es clave para un acabado suave y reluciente.
Se aconseja repetir este proceso cada tres a seis meses, según el uso y la exposición de la puerta a la luz. Este método casero no solo devuelve el brillo a las puertas de madera, sino que también las protege contra la humedad y otros factores de desgaste.