Las macetas de terracota son una elección popular en jardinería. Sin embargo, no siempre resultan ideales para todas las plantas, ya que su material poroso permite que el agua y el aire se evaporen rápidamente.
Esta característica, que favorece el drenaje, puede ser un problema para aquellas plantas que necesitan un entorno más húmedo. Con el objetivo de mantener las plantas saludables y evitar el estrés hídrico, es fundamental conocer cuáles especies no se benefician de este tipo de maceta.
Los helechos son conocidos por su follaje elegante y aireado, ideal para espacios de interior y áreas con sombra. Estas plantas perennes requieren un sustrato constantemente húmedo para mantener su verdor característico. La capacidad de las macetas de terracota para permitir la rápida evaporación del agua puede resultar en un suelo demasiado seco.
La venus atrapamoscas (Dionaea Muscipula) es famosa por sus trampas naturales que capturan insectos. Esta planta carnívora necesita un sustrato húmedo y pobre en nutrientes. Las macetas de terracota, al propiciar la rápida pérdida de humedad, no proporcionan el entorno adecuado, lo que puede llevar al debilitamiento de la planta.
Los lirios de la paz (Spathiphyllum) son una elección común para la decoración de interiores gracias a su capacidad de purificar el aire. Estas plantas prosperan en ambientes de sombra y humedad moderada. Las macetas de terracota, al no retener la humedad de manera suficiente, no son la mejor opción para estas especies.
Pequeños árboles como el olivo, el bonsái de pino o el ciprés enano son perfectos para decoración. Sin embargo, si se cultivan en macetas de terracota y se exponen al exterior durante el invierno, estas macetas pueden agrietarse al no soportar las heladas.