Mantener el sofá y las sillas sin manchas no solo mejora su apariencia, sino que también ayuda a que duren más tiempo. Aunque las manchas son inevitables por el uso diario, no hace falta gastar en productos caros para mantenerlos impecables. Hay trucos de limpieza caseros sencillos y económicos para dejar tu tapicería como nueva.
El bicarbonato es un gran aliado para quitar manchas y absorber olores. Solo necesitas espolvorear una capa fina de bicarbonato sobre la mancha y dejarlo actuar de 15 a 20 minutos. Esto ayuda a absorber la suciedad y neutralizar los malos olores. Después, puedes retirar el bicarbonato con un cepillo suave o pasar la aspiradora.
Para manchas complicadas, el vinagre blanco es una opción natural y eficaz. Mezcla una parte de vinagre con dos partes de agua en un atomizador, rocía sobre la mancha y frota con un paño limpio. La mancha comenzará a desvanecerse. Luego, deja que se seque al aire para evitar la humedad en el tejido.
Si te enfrentas a manchas muy difíciles, como las de café o vino, una pasta de bicarbonato y agua es la solución. Aplica esta mezcla sobre la mancha, déjala unos minutos y frota suavemente con un cepillo de cerdas suaves. Limpia los restos con un paño húmedo para terminar.
Mezcla un poco de detergente líquido con agua tibia y moja un paño limpio en la solución. Frota sobre la mancha en círculos, sin empapar demasiado el tejido. Luego, seca con un trapo limpio y ventila bien el área para evitar que quede húmeda.
Para las manchas de grasa o tinta, el alcohol isopropílico es muy efectivo. Aplica un poco de alcohol en un algodón o un paño y da pequeños toques sobre la mancha sin frotar demasiado. Este método es útil en telas delicadas.