La falta de espacios en las sociedades modernas ha hecho que los minijardines en frascos ganen popularidad, no solo porque son vistosos, sino también porque permiten seguir disfrutando de la jardinería, pese a los pocos metros con los que podamos contar para criar a tus plantas. El desafío de crear un ecosistema y que pueda ser sostenible en el tiempo es otro de los grandes atractivos de esta tendencia en crecimiento en el mundo entero.
El proceso de concebir un jardín eterno de fantásticas especies de plantas en un frasco resulta cautivador y gratificante tanto para los entendidos en jardinería como para los neófitos que se aventuran poco a poco en este universo. Este método de jardinería, que para muchos resultó novedoso, fue ideado por David Latimer en los años sesenta.
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Aunque la estructura pueda parecer compleja, se trata de un sistema de fácil mantenimiento. Tan solo es necesario comprender cómo iniciar este nuevo entorno y, gradualmente, todo florecerá y crecerá.
En las redes sociales hay muchos expertos en jardinería que crean contenido con diferentes consejos para que puedas cuidar tus plantas y darle vida a un pequeño jardín dentro de un frasco.
¿Qué se necesita para formar un minijardín dentro de un frasco?
1- El primer paso será seleccionar un frasco de vidrio transparente, con tapa hermética. Colocar tierra para macetas, carbón, piedras, ramas y plantas pequeñas o musgo, adecuados al tamaño del recipiente.
2- Luego, será recomendable colocar una capa de piedras pequeñas, en el fondo del frasco para asegurar un adecuado drenaje.
3- Posteriormente, se incorpora una capa de carbón activado para purificar el agua y mantener un ambiente saludable para las plantas. En lugar de carbón, puede optarse por una malla fina.
4- En este punto se añade una capa de sustrato universal, en cantidad suficiente para albergar las plantas seleccionadas.
5- Seguidamente, se disponen con cuidado las plantas en la tierra, asegurándose de no dañar sus raíces. Es posible elegir plantas pequeñas tropicales que se adapten a ambientes húmedos.
6- Una vez que las plantas están en su lugar, se añade musgo o piedras decorativas para cubrir la superficie del sustrato y otorgar un aspecto estético al jardín encapsulado.
7- Se riega con moderación, evitando el exceso de agua, dado que el frasco se cerrará, manteniendo la humedad.
8- Finalmente, se sella el frasco y se coloca en un sitio con luz indirecta.
El ecosistema, que ayudamos a generar dentro del frasco, perdurará por sí mismo. Ocurre que el agua se evapora y luego se condensa en las paredes del recipiente, por lo que regresa para nutrir las plantas en un ciclo constante, que podría convertirse en infinito.