La albahaca es una de las plantas aromáticas más populares y versátiles de la cocina, ya que se puede usar para darle un toque especial a muchos platos, desde ensaladas y salsas hasta pizzas y pastas. Además, tiene propiedades medicinales y beneficios para la salud, como mejorar la digestión, aliviar el estrés y prevenir infecciones.
Pero si eres de los que compran albahaca por manojo en el supermercado, seguro que te ha pasado, que se te echa a perder antes de que puedas usarla a toda. Y es que esta planta no dura mucho tiempo fresca, y si la dejas fuera del refrigerador, se marchita y pierde su aroma y sabor en pocos días.
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Por eso, te vamos a enseñar un truco muy sencillo y efectivo para que puedas conservar la planta fresca por más tiempo, y así aprovecharla al máximo y evitar el desperdicio. Solo necesitas unas servilletas de papel, una bolsa o un recipiente con cierre hermético y un poco de cuidado.
Lo primero que tienes que hacer es revisar la albahaca y quitar las hojas que estén dañadas, manchadas o amarillentas, para que no afecten al resto. Luego, sin lavarla, envuelve todo el manojo con unas servilletas de papel, procurando que quede bien cubierto y que no quede ninguna hoja suelta.
Después, mete la albahaca envuelta en la bolsa o el recipiente y ciérralo bien, para que no le entre aire ni humedad. Por último, guarda la albahaca en el refrigerador, preferiblemente en el estante que está junto al cajón de las verduras, que es el más frío.
Con este método, podrás mantener la albahaca fresca y en buen estado por unas dos semanas, y usarla cuando quieras para darle sabor a tus recetas. Eso sí, recuerda lavarla bien antes de consumirla, y secarla con cuidado para que no se rompa.