A lo largo de los siglos, la práctica de secar flores ha evolucionado, pasando de ser parte de la exploración científica a un ameno y decorativo pasatiempo. Esta práctica proporcionó a los primeros científicos una valiosa herramienta para estudiar y comprender la vida vegetal.
Posteriormente, se ha convertido en una afición para muchas personas, que han encontrado en el secado de flores una forma de preservar tanto su vibrante color como su cautivador perfume.
Hoy en día existe una gran tendencia a salir al campo para buscar flores y plantas para después secar ramos. Pero no todas las flores son adecuadas para el secado, y la elección de las correctas es crucial para lograr resultados óptimos.
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Prácticamente, todas las flores pueden someterse al proceso de secado con relativa facilidad. Sin embargo, vale la pena señalar que algunas destacan más en este arte, especialmente aquellas con pétalos diminutos o con las ramas más decorativas, como las hortensias, las hojas de eucalipto o las rosas.
La lavanda es una flor bonita y con un magnífico aroma que, además de utilizarse para ramos, se usa también para rellenar saquitos y aromatizar cajones y armarios. Se debe iniciar el proceso de secado lo antes posible, ya que no solo realza la belleza de tu ramo de flores, sino también prolonga su disfrute a lo largo del tiempo.
La gypsófila es una flor ligera y delicada, que también responde al encantador nombre de Baby's Breath. Este tesoro floral se ha ganado un lugar destacado entre los favoritos de floristas y amantes de las composiciones florales. Además, tras su secado, se preserva durante mucho tiempo.
La statice es una flor silvestre que se puede encontrar en una gran variedad de colores, desde el rosa al blanco, pasando por el amarillo o el violeta. Es una de las flores que mejor seca, y aguanta durante meses en perfecto estado, pero no se debe olvidar quitarle el polvo.
El eucalipto es una planta que va más allá de su belleza natural. Posee una exuberancia y fragancia distintiva, y se utiliza tanto para secar en ramos como para la creación de aceites esenciales, entre otras posibilidades.
La mimosa está muy de moda en Instagram. Seca de una manera sorprendente. Aunque, con la escasez de agua, sus bolitas pueden encogerse, y perder algo de su intenso color. En primavera es cuando se encuentra en todo su esplendor, siendo el mejor momento para recogerla.
La rosa, una flor que encontraremos en diversos colores, se seca ramificada. Es decir, cortando un tallo con diversas ramas y varias flores. Una vez secas, son perfectas para realizar ramos florales con un toque de lo más romántico.
Las hortensias poseen un gran encanto, y las encontraremos en grandes macizos de flores durante todo el verano. Es una flor que seca bien, pero cuanto antes inicies el proceso de su secado, mejor.