Los flotadores que los más pequeños suelen utilizar para divertirse en la piscina pueden tener una segunda vida más allá del agua. Hay una creativa propuesta de bricolaje DIY que transformará esos viejos flotadores en un cómodo y práctico puff, ideal para decorar distintos espacios de tu hogar.
Si cuentas con flotadores antiguos que ya no utilizas, en lugar de desecharlos, puedes reciclarlos y convertirlos en un atractivo puff para tu dormitorio o comedor. Este ingenioso proyecto te permitirá añadir un toque encantador a cualquier rincón de tu casa y, al mismo tiempo, contar con un asiento adicional para recibir visitas o descansar tus pies mientras disfrutas de una película en el sofá.
Sigue estos sencillos pasos para llevar a cabo esta manualidad práctica y creativa: toma tres flotadores y córtalos al mismo largo, o déjalos en su longitud original. Une los extremos de cada flotador formando círculos con cinta adhesiva ancha, creando así la estructura inicial del puff.
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Toma más flotadores, córtalos en pedazos del mismo tamaño y altura, y comienza a rellenar la estructura circular que armaste previamente, como se ilustra en las imágenes. Una vez que hayas completado el relleno y todo esté compacto, sella el puff con cinta adhesiva para asegurar la forma.
Utiliza cordón de yute para forrar el puff desde el centro hacia afuera, pegando gradualmente el cordón con una pistola de silicona para garantizar una sujeción firme. Cubre toda la superficie y las paredes del puff con el cordón.
Deja que el puff se seque completamente. Una vez finalizado este proceso, tendrás un hermoso puff rústico que se integra a las últimas tendencias de decoración, ofreciendo una alternativa encantadora para embellecer tu hogar.