El queso es una delicia que se adapta a todo tipo de platos. Se puede comer solo, con pan, con fruta, con verdura, con carne, con pasta… Las posibilidades son infinitas. Sin embargo, también es un alimento que puede resultar calórico y pesado, sobre todo si se consume en exceso o se elige una variedad muy grasa. Por eso, hoy te traemos una receta saludable y fácil de hacer en casa: el queso ligero con yogur griego.
Se trata de una receta en donde el queso tiene una textura cremosa y un sabor suave, ideal para untar o para acompañar otros alimentos. Además, tiene menos grasa y más proteína que el queso crema tradicional, y se puede adaptar al gusto de cada uno al añadir hierbas, especias, miel, frutos secos, etc.
Para hacer esta receta solo necesitas dos ingredientes: yogur griego y sal. El yogur griego es un tipo de yogur que se ha escurrido para eliminar el suero y obtener una consistencia más espesa y firme. Puedes usar yogur griego natural o de soja, siempre que sea sin azúcar. La sal ayuda a drenar el líquido y a potenciar el sabor.
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El proceso es muy sencillo: solo tienes que mezclar el yogur griego con la sal y colocarlo en un colador forrado con una gasa o un paño fino. Luego, deja que el yogur se escurra en la nevera durante 4 a 24 horas, dependiendo de lo denso y cremoso que quieras que quede el queso. Una vez listo, puedes guardarlo en un recipiente hermético en la nevera hasta por una semana.
Este queso ligero es perfecto para un desayuno rápido y nutritivo, ya sea en forma dulce o salada. Puedes untarlo en unas tostadas, en unas galletas, en unas tortitas, o en lo que prefieras. También puedes añadirle fruta, mermelada, miel, nueces, semillas, chocolate, etc. Si lo prefieres salado, puedes combinarlo con tomate, aguacate, jamón, salmón, aceitunas, albahaca, orégano, pimienta, etc.
Como ves, este queso ligero con yogur griego es una receta muy fácil y versátil que te permite disfrutar del sabor y la textura del queso sin renunciar a la salud.