Con la llegada de la primavera y el verano, las uñas a menudo se ven sometidas a condiciones adversas debido al ritmo acelerado de la vida cotidiana, la exposición constante al sol y las altas temperaturas propias de estas estaciones.
El protagonista indiscutible para enfrentar las altas temperaturas es el kapping, un método infalible que protege no solo la estética de tus uñas, sino que también las fortalece de manera notable, permitiéndoles un crecimiento rápido y saludable.
El kapping se destaca no solo como una opción para la temporada primavera-verano, sino también como una elección preferida por aquellos que luchan contra el hábito de morderse las uñas o sufren de fragilidad debido a la exposición a productos químicos.
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Este método, que encarna la elegancia del nail art sofisticado y minimalista, se revela como una excelente opción. Sin embargo, antes de comenzar, es esencial preparar adecuadamente las uñas, asegurándote de eliminar cualquier rastro de suciedad, hongos o infecciones.
Una vez que las uñas están limpias y listas, el proceso consiste en limarlas y aplicar el esmalte de tu elección. Posteriormente, se aplica una fina capa de kapping (acrílico) que actúa como el protector supremo de tu nail art.
Los expertos aseguran que este método puede brindar una duración de hasta 25 días, aunque el resultado final dependerá en gran medida del cuidado que le dediques.