Si de gastronomía hablamos, Francia se impone con fuerza para levantar bien alto su bandera con orgullo, especialmente, por las recetas de postres nacionales que son una delicia, de los que, por supuesto, destaca la famosa crema quemada, una preparación sin harina que se roba el corazón de cualquiera con siquiera olerla al salir del horno.
Esta receta, mejor conocida como creme brûlée, goza de la encantadora particularidad de tener una superficie crujiente con un cuerpo cremoso y envolvente detrás, una exquisitez que, aunque tenga la prensa de ser difícil de elaborar, no hay nada más lejos de la realidad.
El clásico de los restaurantes parisinos es tan oportuno para cerrar una cena especial gracias a que se trata de un postre sin harinas, por lo que no empalaga ni da sensación de pesadez. Esta receta será el broche de oro (o mejor dicho, caramelo) perfecto para el final de una velada, aprende cómo hacerlo a continuación:
Creme Brûlée
Ingredientes
5 yemas de huevo
100 g de azúcar
500 ml de crema de leche
1 vaina de vainilla
Azúcar extra para caramelizar la superficie
Preparación
Precalienta el horno a 150°C. En un tazón grande, bate las yemas de huevo con el azúcar hasta obtener una mezcla cremosa y de color más claro.
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En una cacerola, calienta la crema de leche a fuego medio junto con la vaina de vainilla abierta a lo largo. No dejes que hierva; solo calienta lo suficiente para que la vainilla infunda su sabor en la crema. Retírala de la crema caliente. Raspa las semillas de vainilla de la vaina y agrégala a la mezcla de yemas de huevo y azúcar. Mezcla bien.
Vierte la crema caliente en la mezcla de yemas de huevo mientras revuelves constantemente para evitar que se cocinen. Luego, cuela la preparación para eliminar posibles grumos y las vainas de vainilla. Divide la mezcla entre los moldes para creme brûlée.
Coloca los moldes en una fuente para horno y llénala con agua caliente hasta que alcance aproximadamente la mitad de la altura de los moldes. Este baño de agua ayudará a cocinar suavemente los creme brûlée.
Hornea en el horno precalentado durante aproximadamente 40-45 minutos o hasta que los creme brûlée estén cuajados, pero aún tengan un ligero temblor en el centro. Saca los moldes del horno y deja enfriar a temperatura ambiente. Luego, refrigéralos durante al menos 2 horas o hasta que estén bien fríos.
Antes de servir, espolvorea una capa uniforme de azúcar sobre la superficie de cada creme brûlée. Con un soplete de cocina, carameliza el azúcar hasta obtener una capa dorada y crujiente.