La interpretación astrológica ofrece innumerables perspectivas para comprender nuestro ser. Hay características personales de los signos del zodíaco a través de los elementos fundamentales de la vida, que se entrelazan con nuestra existencia desde el mismo día de nuestro nacimiento: agua, fuego, aire y tierra.
Los signos de Tierra, representados por Tauro, Virgo y Capricornio comparten cualidades intrínsecas. Los signos de Agua, encabezados por Cáncer, Escorpio y Piscis poseen características distintivas. Los signos de Aire, entre los que se encuentran Géminis, Libra y Acuario, comparten una conexión elemental. Los signos de Fuego son: Leo, Aries y Sagitario.
Cada uno de estos elementos refleja conjuntos específicos de características en el momento de nuestro nacimiento. Estas cualidades son esenciales para comprender nuestra naturaleza y personalidad tanto en la rutina diaria como durante los eventos astrológicos, como el tan conocido "mercurio retrógrado".
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Los planetas en la carta astral ocupan distintos signos del zodíaco, cada uno asociado a un elemento particular, como los signos de fuego: Aries, Leo y Sagitario.
La cantidad de planetas en un mismo elemento indica la afinidad y la identificación que podemos experimentar con quienes comparten ese elemento. Esto se extiende también al ascendente, cuyas características siguen la misma lógica. Los planetas personales, como el Sol, la Luna, Mercurio, Venus y Marte, influyen significativamente en el peso elemental de la carta astral.
Cada elemento aporta una perspectiva única e influye en nuestras actitudes hacia el trabajo, el amor, los estudios y otros aspectos de la vida. Es importante comprender que estas cualidades pueden manifestarse en diversas intensidades y proporciones, lo que destaca su presencia de manera única en cada individuo.