Si tienes un jardín con césped, seguramente sabes que hay que cortarlo periódicamente para mantenerlo en buen estado. Pero ¿sabías que esos restos de pasto que quedan después de la poda pueden servirte para hacer un abono natural y orgánico para tus plantas? Así es, el césped cortado es una excelente fuente de nitrógeno, uno de los nutrientes más importantes para el desarrollo de las plantas. En este artículo te contamos cómo puedes aprovecharlo para preparar un fertilizante casero que enriquecerá el suelo y hará que tus plantas crezcan más sanas y bonitas.
¿Por qué el césped cortado es bueno para las plantas?
El césped cortado es un material orgánico que contiene una alta proporción de nitrógeno, alrededor de un 4 %. El nitrógeno es un elemento esencial para las plantas, ya que forma parte de la clorofila, la sustancia que les da el color verde y que les permite realizar la fotosíntesis. El nitrógeno también interviene en la formación de proteínas, aminoácidos y ácidos nucleicos, que son fundamentales para el crecimiento y la reproducción de las plantas.
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Además del nitrógeno, el césped cortado también aporta otros nutrientes, como fósforo, potasio, calcio, magnesio y azufre, que complementan las necesidades nutricionales de las plantas. Al utilizar el césped cortado como abono, se evita el desperdicio de un recurso valioso y se reduce el uso de fertilizantes químicos, que pueden tener efectos negativos sobre el medio ambiente y la salud.
¿Cómo preparar el abono con césped cortado?
Para preparar el abono con césped cortado, solo necesitas dos ingredientes: el propio césped y agua. Paso a paso:
Recolección del césped cortado: después de cortar el césped, recoge el material cortado en una bolsa o un recipiente. Es importante que el césped esté fresco y no se haya secado, ya que así conserva mejor sus nutrientes.
Añadir agua: coloca el césped cortado en un recipiente grande y agrega agua.
Remojar durante varios días: deja que la mezcla repose durante dos semanas con el recipiente tapado con una tela o una tapa agujereada para evitar que entren insectos. Durante este tiempo, los nutrientes del césped se liberarán en el agua y forman una solución líquida de color verde oscuro. Es normal que la mezcla desprenda un olor fuerte debido a la fermentación del material orgánico. Para acelerar el proceso, se recomienda remover el césped cada dos o tres días.
Colar el líquido: una vez que el césped ha estado en remojo el tiempo suficiente, se cuela el líquido resultante para separar el agua enriquecida con nutrientes del material sólido. El líquido se puede guardar en botellas o garrafas, mientras que el material sólido se puede compostar o utilizar como mantillo.
Aplicación alrededor de las plantas: el abono líquido obtenido se aplica alrededor de las plantas, regando el suelo con una regadera o un pulverizador. Se recomienda diluir el abono con agua, en una proporción de una parte de abono por diez partes de agua para evitar quemar las raíces de las plantas. El abono se puede aplicar cada 15 o 20 días, durante la primavera y el verano, que son las épocas de mayor crecimiento de las especies.