Si estás buscando una forma de darle un toque de frescura y armonía a tu casa, no puedes dejar de tener una planta de incienso. Esta especie, que se caracteriza por su olor similar al de la fragancia que lleva su nombre, tiene muchos beneficios tanto para la decoración como para el bienestar.
El incienso, cuyo nombre científico es plectranthus coleoides, es una planta muy apreciada en la jardinería, ya que ayuda a repeler los mosquitos y otras plagas que pueden dañar las plantas. Además, su aroma mentolado tiene propiedades relajantes que pueden reducir el estrés y mejorar el ánimo. Por eso, también es muy usada en el Feng Shui, la filosofía oriental que busca equilibrar las energías de los espacios.
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Esta planta es originaria de países con climas cálidos, por lo que no tolera las bajas temperaturas. Si la tienes en el exterior, lo mejor es que la protejas del frío y la lleves al interior de la casa, así podrás disfrutar de su belleza y perfume todo el año.
El incienso es una planta que puede crecer hasta 60 cm de altura y que tiene unas hojas verdes y suaves que cuelgan de sus ramas. Esto la hace ideal para crear jardines verticales o colgantes, que son una tendencia en la decoración moderna. Solo tienes que asegurarte de que reciba suficiente luz natural, ya que es imprescindible para su salud.
En cuanto al riego, el incienso necesita más agua durante la primavera y el verano, que son sus épocas de mayor crecimiento y floración. Puedes regarla cada dos o tres días, pero siempre revisando que el sustrato no esté seco. No te excedas con el agua, pues si se forma un charco en la maceta puedes provocar que se pudran las raíces. También es conveniente cambiar el abono cada cierto tiempo para que la planta tenga los nutrientes que necesita.
Como ves, el incienso es una planta muy fácil de cuidar y que te ofrece muchos beneficios. No solo le dará un toque de color y aroma a tu hogar, sino que también te ayudará a relajar.