Considerada entre las más bellas del mundo, las dalias que floreces durante el verano son resistentes al invierno, aunque habrá que extremar los cuidados de la planta si las temperaturas se vuelven extremas. Para que no sufras por el invierno, te dejamos algunos consejos de jardinería para que la Flor Nacional de México siga brillando en tu jardín por mucho tiempo más.
¿Cómo preparar el cuidado de las dalias ante la llegada del invierno?
Resguarda las dalias del invierno en interiores para prevenir la congelación y permitirles descansar. Se recomienda colocarlas bajo techo durante los meses invernales en áreas extremadamente heladas para evitar daños por congelación. Muchos jardineros prefieren darles a las plantas un descanso que contribuye a mantener su vitalidad y favorecer la producción de flores exuberantes.
Extrae las dalias después de la última helada. Deja las plantas en el suelo hasta que las heladas acaben con las hojas y tallos, que lleva a los tubérculos a un estado de inactividad durante el invierno. Cuando las hojas adquieran un tono oscuro, poda las plantas a una altura de aproximadamente 5 a 15 cm para facilitar la extracción de las raíces. Se aconseja realizar este proceso en un día sin lluvia.
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Levanta los tubérculos con precaución utilizando una pala de dientes. Desenterrar las plantas implica introducir la pala a unos 15 cm de las flores, formando un círculo alrededor de la planta para aflojar la tierra. Tira de la manija hacia atrás para elevar los tubérculos del suelo con cuidado de no dañarlos. Es fundamental evitar lesiones en la piel externa de los tubérculos, ya que esto los expone a patógenos que causan enfermedades.
Recorta y limpia los tubérculos desenterrados. Corta con cuidado los tallos muertos de los tubérculos y elimina los restos de tierra manualmente. Lava cualquier tierra remanente con una manguera para reducir el riesgo de enfermedades fúngicas utilizando una tela gruesa suspendida.
Seca los tubérculos antes de almacenarlos. Coloca papel sobre una superficie protegida y distribuye los tubérculos sobre él, permíteles secar durante 24 horas. También puedes optar por colgar los tubérculos boca abajo de sus tallos en un lugar fresco y seco durante una a dos semanas hasta que estén completamente secos, evitando así posibles infecciones por hongos.