El consumo de ciertos alimentos en nuestra vida cotidiana puede significar numerosos cambios paulatinos y positivos en nuestra salud. Como suelen recomendar los expertos, es clave el consumo de comidas de lo más variadas, que signifiquen un aporte de vitaminas, fibras, proteínas, calcio y minerales, entre otros, a nuestro cuerpo día tras día.
En este sentido, no podemos dejar de hacer alusión aquí a los garbanzos, los cuales provienen de Turquía, pero a raíz de la llegada de los españoles a esta parte del mundo, llegaron a la alimentación y cosecha en México, lo que convierte a este país en el segundo sitio en el que más se cosecha actualmente, junto con la India, según se resaltó en el sitio oficial del Gobierno de México.
Los beneficios del consumo frecuente de este tipo de legumbres son cuantiosos, razón por la que aquí queremos hablarte de ellos y de las distintas formas en que puedes incorporarlo a tu alimentación habitual.
Según lo resaltado por la Fundación Española de la Nutrición (FEN), los garbanzos nos brindan “proteínas de origen vegetal, calcio, potasio, hierro, fósforo, magnesio, folatos, vitamina B6 y vitamina E”.
Gracias a su gran aporte de fibra, el consumo del garbanzo favorece a la reducción de la inflamación abdominal, además de contribuir a que el cuerpo absorba todos los nutrientes de cada comida, y colabora con la distensión abdominal y el estreñimiento.
Además de ayudar a tener músculos y huesos sanos, los garbanzos contribuyen a la pérdida de peso y una regulación de los índices de glucosa, sobre todo en los pacientes diabéticos.
Finalmente, en torno a su preparación, los garbanzos pueden elaborarse al horno, como snack, en ensaladas e intercaladas con otras tantas verduras, en humus, o para elaborar hamburguesas con ellas, plato ideal para aquellas personas que no consumen carne.