Sin importar si recientemente has decidido incursionar en la botánica o si, por el contrario, ya llevas bastante tiempo inmerso por completo en este universo, probablemente ya sepas que son muchas las técnicas que se pueden aplicar en torno al cuidado del jardín.
En este sentido, no podemos dejar se hacer alusión al sistema de riego por goteo, uno que resulta no solo beneficioso para tu jardín, sino también para el cuidado del medioambiente, dado que de este modo se evita el desperdicio innecesario de muchísimos litros de agua.
El uso de este sistema en tu jardín implica que el riego de las plantas se aplica en el terreno circundante a la planta, para así permitir el óptimo crecimiento de sus raíces.
Para su implementación, lo primero que debe hacerse es colocar un programador debajo del grifo. Asimismo, la tubería o manguera de este sistema en particular será la encargada de alimentar la central de riego o el difusor de abono si este está instalado.
Como siguiente paso, debes equipar la instalación con goteros para todas y cada una de las macetas o los setos en tu jardín. No debes olvidar, por último, añadir aspersores para toda la superficie.
Siguiendo esta misma línea, un dato no menor a tener en cuenta al momento de implementar este sistema en el jardín tiene que ver con el tipo de espacios y superficies que queremos regar.
Si se trata de macetas, lo recomendable es instalar una derivación en T, con una manguera de un diámetro que pase de 13 mm a 4,6 mm. En la superficie de cada maceta, tendrás una manguera que, en un intervalo de entre 15 a 20 centímetros, tendrá un gotero, como así también uno de fin de línea.
Por otra parte, si se trata de un huerto, lo recomendable es utilizar la línea principal de 13 mm con microaspersores, fijados a una específica derivación en T. Por último, si quieres regar un terreno entero en tu jardín, la mejor opción es recurrir al aspersor oscilante de 13 mm de diámetro.