Son muy variadas las razones por las que, con el paso del tiempo, vemos la aparición grasa abdominal en nuestro cuerpo. Entre los muchos factores posibles de esta problemática, podemos mencionar aquí una inadecuada alimentación, ya sea con un exceso en las porciones diarias o así también el consumo de ciertos alimentos con altas proporciones de grasas y azúcares.
Además, la aparición de la grasa abdominal también puede deberse a cuestiones puramente genéticas o, en el caso de las mujeres, como consecuencia de la menopausia, etapa en la que aumentan las posibilidades de que la grasa corporal se traslade hacia el abdomen.
Sin embargo, la aparición de grasa en esta zona del cuerpo no solo se vincula con cuestiones relacionadas pura y exclusivamente con la apariencia, sino también con los motivos por los que, a raíz de ello, nuestra salud podría estar en riesgo. Entre ellas, debemos hacer alusión al aumento en la presión arterial, el desarrollo en enfermedades cardíacas, elevados niveles de glucosa, varios tipos de cáncer y hasta accidentes cerebrovasculares.
Pero ante todos estos riesgos, lo que muchos se preguntarán es ¿de qué modos se puede combatir la grasa abdominal y reducirla al mayor grado posible? El punto clave está, en primer lugar, en la alimentación.
En torno a ella, para evitar que esta problemática se vuelva un dolor de cabeza, es clave mantener una alimentación saludable y equilibrada, con abundantes vegetales, frutas y cereales, además de pescados, carnes y productos lácteos bajos en grasas.
A ello se suma el consumo de porciones adecuadas para evitar los excesos, y reemplazar las bebidas azucaradas por otras sin azúcar o agua. Finalmente, para reducir la grasa abdominal es muy importante combinar estas cuestiones en torno a la alimentación con la realización de actividad física de manera frecuente.