En esta plena época de verano entusiasma mucho darse una buena ducha con agua fría y así refrescarse desde el primer momento del día, una práctica que no solo debes hacer en esta temporada, sino de forma constante durante todo el año.
Es cierto que un baño con el agua caliente puede ayudarte a relajar, sin embargo, lo que tu cuerpo te pide es urgentemente todo lo contrario y no le temas a una buena sesión con el agua a baja temperatura.
¿El motivo? Pues te presentaremos hasta 5 razones por las cuales debes adaptar este accionar desde ahora o al menos incluirla de forma constante en tu rutina semanal.
Ayuda a la circulación
Según señala “Mundo Deportivo”, este tipo de duchas con el vital líquido es muy recomendada para ayudar a la circulación sanguínea, es decir, permite una suave contracción de los vasos sanguíneos y así pueden transportar más oxígeno y nutrientes a cada célula del organismo.
El agua fría permite que la sangre tenga mejor retorno al corazón, lo que a la larga evita la aparición de varices, por ejemplo, por lo que si tienes miedo a este tipo de condiciones ya tienes un motivo para confiar en esta forma de higiene.
Te activas rápidamente
Fácilmente te podrás identificar con una persona que se levanta sin energías, y al momento de darse una ducha con agua tibia o caliente, prácticamente no notas ningún tipo de mejora en el transcurso de la mañana. Esto es fácil, y es que si utilizas el agua a menos temperatura puedes activarte de una forma más rápida y evidente.
Eso lo puedes comprobar tú mismo ahora, si así lo deseas. El sistema nervioso reacciona de tal manera que envía una señal a la temperatura corporal y da como resultado un sistema más activo y con mejor reacción a las primeras horas de la mañana.
Tiene un efecto terapéutico
En caso que hayas hecho ejercicio o si sufriste un golpe, notarás que con una ducha a baja temperatura verás cómo la zona se desinflama, y es que es normal que nos recomienden usar hielo para bajar la hinchazón.
El agua fría es una gran alternativa antiinflamatoria y permite la recuperación muscular de una forma natural, lo que te permite alejarte de cualquier medicamento o tratamiento de dudosa calidad. Solo debes darle una oportunidad y verás los resultados.
Te ayuda a concentrarte
Tal cual como se indicó previamente, bañarte de esa forma ayuda a activar tu sistema y, a su vez, según lo expresa el citado medio, promueve la transmisión de la dopamina y noradrenalina, neurotransmisores responsables de la concentración y el buen ánimo.
Así que si estás con un estado de depresión o algo por el estilo, cierra la ducha caliente y abre el agua fría y notarás los resultados rápidamente.
Tu piel y cabello lo agradecerán
Por último y no menos importante, el cuidado de la piel es algo que no debes dejar a un lado, en especial si eres de los que se bañan con agua caliente. Esta es una práctica que deberías dejar a un lado periódicamente, y apostar por su versión con agua fría.
Esto permite descongestionar el cuerpo y el rostro, y el cuero cabelludo tendrá una mejor condición ya que ayuda a sellar la cutícula capilar, lo que lo deja suave y sedoso. Ahí tienes cinco motivos para al menos considerar esta opción de ahora en adelante.