Si de salud y bienestar se trata, durante años, la humanidad ha confiado plenamente en las propiedades de las plantas medicinales. Por eso, debido a la rica historia de medicina tradicional del país y demás lugares en el mundo, estas son las cinco especies curativas que no fallan y ayudan a vivir mejor.
Entre las plantas medicinales más utilizadas para prácticas curativas en tierras mexicanas se encuentra el epazote. Esta planta, también conocida como Dysphania ambrosioides, no solo se usa para calmar dolores ocasionados por una fuerte intoxicación alimentaria, aliviar los parásitos intestinales u otros problemas digestivos, sino que también es empleada para adornar los ambientes de un hogar, debido a su largo tallo ramoso y hojas verdes lanceoladas.
Otra de las plantas medicinales que encabezan esta interesante lista es la hierba buena. Además, cabe destacar que esta especie de menta es originaria de México y es apreciada justamente por sus propiedades calmantes, como así también por su sabor refrescante. Se utiliza para aliviar los dolores de cabeza, de estómago y, en el caso de las mujeres, reduce las dolencias menstruales. También calma y refresca la irritación de la piel picada por insectos.
La tercera opción es la Valeriana officinalis o simplemente Valeriana, planta que relaja al ser humano y disminuye el insomnio. Se trata de un sedante natural que durante siglos ayuda al sistema nervioso y aplaca la ansiedad. Finalmente, se encuentra la ruda, llamada científicamente como Ruta graveolens, y la árnica o árnica montana.
La ruda es una planta medicinal originaria de la región mediterránea, sin embargo, al igual que en muchos otros países, es muy utilizada en México y se cree que aleja a los malos espíritus y protege contra la energía negativa. En cuanto a sus propiedades para el organismo funciona como antiinflamatorio y analgésico, es decir, disminuye el dolor muscular, las contusiones y las picaduras de insectos. Se cree que ayuda a regular los ciclos menstruales cuando se consume en infusión. Mientras que la árnica se usa para tratar heridas, contusiones, esguinces y dolores musculares. Y es que acelera el proceso de curación, es antiinflamatoria y ayuda a pacientes con artritis. Cabe advertir que es esencial diluir bien esta hierba antes de usarla, ya que puede ser tóxica si se ingiere en exceso.