Embellecer el jardín resulta terapéutico para muchas personas desde toda la vida, por el tiempo que implica dedicarse a las plantas, la atracción de la energía viva y los aromas que florecen con las diferentes especies, tal como ocurre con la lavanda.
De este modo, si de plantas se trata, podría asegurarse que la lavanda es la elección perfecta para que el jardín de cualquiera, tanto de un principiante como un jardinero experto, resulte hipnotizador. En ese sentido, cabe destacar que la también conocida como Lavándula, es una especie versátil, de fácil cultivo y gran atractivo visual, con múltiples propiedades.
Entre sus beneficios, hay que mencionar que desde la época de los egipcios y los romanos fue casi imposible que los amantes de las plantas y demás simpatizantes de hierbas no se cautiven con las impresionantes flores púrpuras de la lavanda y su relajante fragancia. Es por ellos, que este tipo de espliego se utiliza desde siempre para la producción de perfumes, cosméticos y remedios medicinales. Posee propiedades calmantes, que ayudan a relajarse y a combatir el estrés.
Como se mencionó anteriormente, entre las principales razones por las que la lavanda es la opción más correcta para embellecer un jardín y encantar los espacios verdes, es la adaptabilidad de esta planta y poco esfuerzo de mantenimiento que requiere, ya que esta hierba prospera en diversas condiciones de luz y en suelos con buen drenaje. Así también, requiere poco riego, por lo que es una opción sostenible y ecológica apta para todo jardinero.
Finalmente, cabe tener en cuenta que existen numerosas especies de lavanda. Hay para todos los gustos y cada una de ellas aporta características y apariencias únicas en tamaño, color y resistencia. Las más populares son la lavanda inglesa, también conocida como Lavandula angustifolia; la lavanda francesa o Lavandula stoechas; y la lavanda española, llamada Lavandula dentata.