La queratina es una proteína que compone la estructura del pelo y las uñas. Muchas mujeres recurren a los tratamientos de keratina para controlar el cabello encrespado e ingobernable, obteniendo así mechones suaves y brillantes. Sin embargo, el uso frecuente de tratamientos de keratina puede dañar el cabello, romperlo y resquebrajarlo.
¿Qué es la keratina?
Los tratamientos de keratina para el pelo consisten en aplicar una solución química que incluye queratina, una proteína que nutre la fibra capilar. Después de aplicar la solución, se sella utilizando una herramienta de calor, como una plancha, para lograr un cabello suave y sin frizz. La keratina de la solución actúa como barrera para proteger el pelo de la humedad y otros factores ambientales que causan encrespamiento y daños.
El impacto de los tratamientos recurrentes de keratina
Los tratamientos de keratina pueden dar resultados instantáneos y atractivos, pero tienen algunos inconvenientes. Aunque la capa de keratina sobre el cabello puede dar un aspecto suave y brillante, es un efecto temporal que dura entre 1 y 3 meses, dependiendo del tipo de pelo y los productos utilizados.
Los tratamientos frecuentes de keratina pueden hacer que el pelo se vuelva débil, quebradizo y propenso a la rotura. El calor utilizado para aplicar los tratamientos también causa graves daños al cabello. Además, los productos químicos de la solución pueden ser agresivos y potencialmente irritantes para el cuero cabelludo, especialmente si se tiene sensibilidad o afecciones preexistentes como la caspa o la psoriasis.
Los riesgos para la salud capilar
Los tratamientos de keratina afectan a la estructura natural del cabello al romper los enlaces entre las hebras capilares y luego reformarlos artificialmente. El daño puede provocar el debilitamiento y la caída del cabello, especialmente si los tratamientos se realizan de forma repetida sin permitir que la fibra capilar tenga la oportunidad de recuperarse.
Otro efecto secundario de los tratamientos de keratina es que las hebras capilares se debilitan, lo que las hace más propensas al daño de los tratamientos químicos, como la coloración o la permanente. Los productos químicos de los tintes y las permanentes son agresivos, y su impacto en el cabello tratado químicamente puede ser catastrófico, provocando su caída y rotura.
Alternativas saludables a la keratina
Si buscas que tu cabello sea más manejable y prefieres evitar los tratamientos de keratina, existen alternativas saludables que puedes considerar. Una opción es aceptar la textura natural de tu pelo y trabajar con ella en lugar de intentar cambiarla. Por ejemplo, optar por una mascarilla capilar o un tratamiento con aceite caliente puede ayudar a rejuvenecer el pelo, dándole un tacto sedoso y lujoso sin utilizar productos químicos.
Otra posible solución a tener en cuenta es un acondicionador sin aclarado que puede proporcionar suavidad y control sin dañar tu pelo. Los productos antiencrespamiento, como los sueros, pueden proteger el pelo de los daños causados por el calor y los factores ambientales. Si tienes rizos naturales, un producto definidor de rizos puede ayudarte a aliviar los enredos y darle más vitalidad a tus rizos.
Los tratamientos de keratina pueden dar resultados instantáneos y deseables, pero los efectos a largo plazo pueden ser perjudiciales para la salud de tu pelo. Es importante que pienses en una estrategia que priorice la salud y la belleza a largo plazo, en lugar de buscar una solución rápida.
Al aceptar la textura natural de tu pelo, priorizar su cuidado y optar por alternativas saludables a la keratina, podrás lograr un cabello hermoso, saludable y manejable a largo plazo.